Estas palabras fueron las que dije a mi madre el día que vímos un anuncio de la consola Wii. Esta consola ha cambiado mucho la concepción a la hora de jugar delante de la caja tonta. Recuerdo que en el colegio leía en los libros sobre cómo sería el futuro, en el que cada casa tendría su ordenador conectado a internet. Para mí, era algo lejano y extraño, pero el tiempo pasa muy deprisa y ese futuro ya es pasado y es presente.
Los niños ya no nacen con un pan debajo del brazo, sino que ahora las nuevas tecnologías son su vida. Lo que para nosotros es algo que nos toca aprender y adaptarnos, para ellos les viene innato desde su primer minuto de existencia. La actualidad vive con la tecnología. Sin ella se nos cae el mundo. No sabríamos comunicarnos cuando antes lo hacíamos sin ayuda de un ordenador, de un móvil... Me preocupa mucho cómo se comunica la gente hoy en día y la capacidad de imaginación perdida con la otra caja tonta. Las calles ya no están llenas de niños jugando o inventándose juegos, sino que a la vuelta de la esquina te encuentras con alguno escuchando música en su mp3, mp4 o Ipod. ¿Qué es lo que valoramos? ¿La tecnología que uno tiene o deja de tener? ¿El don con esa tecnología? ¿o simplemente el tener más y más para luego dejarla aparcada porque ya está desfasada? Con el tiempo todo cambia, pero mi duda constante es si todo es para mejor o para peor. Por eso, quiero pensar que todo es cosa de la tecnología y, sin ella tal vez no seríamos lo que somos o seremos.